Acercamiento entre la ciencia y el Feng Shui: una explicación al fenómeno. (David Flores)
Como vemos en la física actual existen algunos conceptos aparentemente contradictorios que parecen de difícil resolución. Uno de ellos es que el espacio parece estar vacío en su mayor parte y sin embargo existen evidencias de que esto no es totalmente cierto.
Esta aparente contradicción se resuelve entendiendo que el espacio está vacío si hablamos de partículas y lleno si hablamos de campos ¿Y como pueden ser estas dos cosas ciertas a la vez?
Ya se ha promulgado un principio de incertidumbre que pueda explicar esta situación aceptando que el propio observador crea lo que está viendo.
La realidad es que las partículas sub atómicas no son más que las materializaciones, o la parte en negativo, de un entramado energético que llena todo el universo. A este entramado se le ha llamado rejilla, trama, tejido, etc. Y se le ha representado gráficamente con una cuadrícula.
Esta cuadrícula o rejilla es una especie de tejido invisible que cubre todo el espacio y es a través de ella que se expresa la energía y el intercambio energético entre los elementos presentes en ella, sean objetos o seres vivos.
Por otro lado existen múltiples expresiones de la rejilla y en Feng Shui reconocemos la existencia de por lo menos tres: la rejilla que tiene que ver con la situación geográfica donde se encuentra el espacio estudiado y que está íntimamente ligada con la Tierra; una segunda que es propia del espacio estudiado que es producto de la forma del mismo, de las vivencias que hayan tenido lugar en él y de las ondas de forma de los objetos que se encuentran dentro de él; y por último la propia de las personas que habitan las viviendas, que es muy compleja pues incluye la combinación de las tramas de lo individual, lo familiar y lo colectivo.
Otras rejillas influyen y son influenciadas por éstas. Hasta tal punto es esto que, en un ámbito más grande, el modificar el comportamiento energético de las tres rejillas que se trabajan a través del Feng Shui traerá modificaciones en las otras, produciendo un efecto rebote. Esto significa que el mejorar el Feng Shui de una casa trae inevitablemente un cambio en las vidas de amigos, familia y vecinos, incluso de un barrio entero, una ciudad o un país.
Es a causa de esta rejilla que el mapa del Ba Gua se expresa como una cuadrícula.
La rejilla o Red Cósmica, como la llama el Kryon, es el común denominador de la fuente de energía unificada del Universo. El común denominador significa que todas las cosas emanan de La Red Cósmica. Esta en todo lugar. A través de todo el Universo. Todo lo que podemos ver y todo lo que no podemos ver esta contenido en la rejilla. Desde las partículas más pequeñas de nuestro campo físico, hasta la neblina del electrón están presentes en La Red Cósmica.
Esta rejilla es la energía más grande que podamos concebir. Abarca el Universo entero y más y está presente en todo lugar. No hay lugar que podamos concebir - no importa en que dimensión- sin la red. La Red Cósmica es lo que nosotros llamaríamos la conciencia de Dios, y aun así es física, también es energía y contiene al mismo tiempo amor consciente.
Pero ¿Cuánto de grande? Imaginemos por un momento que tu mano es más grande que el mismo Universo, y cuando extiendes la mano, todo lo conocido, todo lo que existe esta en la palma de tu mano como una pequeña bola ¡Por lo tanto, eres inmenso! ¡Tienes todas las dimensiones de Dios! Dentro de esa bola hay billones de estrellas, y en esta bola, hay distancias que parecen inconmensurables, inmensas para aquellas entidades que viven en ella. Dentro de esta bola, que es el mismo Universo, podría parecer una eternidad el ir de un extremo al otro para una entidad que estuviese viajando en ella ¡Aunque parezca fácil viéndola en la palma de tu mano!
Y a pesar de que dentro de esta bola que podría ser llamada el Universo en tu mano, parece haber billones de años luz de distancia, de espacio y tiempo que conquistar, así la sostienes en tu mano, así es. Todo en ella - los billones de estrellas - están en tu "ahora".
Así tenemos una idea del tamaño de su energía, pero también de la unificación de la rejilla. La parte más distante de esta red sabe exactamente lo que esta parte que esta en esta habitación esta haciendo. La parte que esta entre las células de tu biología, a la que llamamos amor ¡Sabe lo que esta pasando a 11 billones de años luz! La Red Cósmica no vive en el tiempo.
Vamos ahora a hablar acerca de su forma. No es una red. La Rejilla es simétrica. Pero no es una red.
Si pudiéramos ver la rejilla a través del espacio lo que veríamos son las carreteras de aparente negrura entre los grupos de sustancia estelar. Serian entonces evidentes las estrechas líneas de oscuridad, dando al Universo dirección, dándole simetría.
Y se vería como líneas de oscuridad porque no tiene luz visible, aunque es la esencia de la luz. La energía de la rejilla esta en un nivel nulo, esto es que la polaridad de sus atributos más poderosos está equilibrada a cero.
Los astrónomos actualmente miden la energía del Universo y se frustran porque ¡Hay mucha menos materia y luz que la energía medida! Esto se debe a que miden la energía de la rejilla que no se ve. Lo que ellos ven es la energía de la nada. Lo que están midiendo es la Red Cósmica.
Un poco más lejos
Fuera del mundo que conoces y en el que vives y que podemos decir que es donde el Ch’i se ha materializado, sólo habrá el ESPÍRITU: es decir Ch’i en estado puro --una energía, siempre cambiante, que es y está en unicidad consigo misma; que has llamado Dios, Todo Lo Que Es, la Fuente, el Gran espíritu, y un sinnúmero de otros nombres. Esta es la Energía primordial de la cual las Supercuerdas serían su manifestación y también su parte más “física”.
Todo espacio que ves está compuesto de energía, de Ch’i. Pero esa energía, ese Ch’i no pertenece al espectro electromagnético con el cual estamos familiarizados, como la luz, las ondas de radio y los rayos X. Hablo de la energía que subyace, que se encuentra detrás, de esta energía que te es familiar; y detrás de lo que llamas la materia.
Pero toda energía es un continuo y, para fines de nuestra discusión, podemos pensar en ella bajo la forma de infinitas cantidades de "unidades", cada una consciente, a su propia manera. Esto quiere decir que ese Ch’i es consciente de sí mismo. Estas pequeñas unidades de Ch’i acuerdan participar en esquemas de conciencia de un orden muy elevado, tales como las células de tu cuerpo o como el espacio que habitas, produciendo una serie de observables que son los que miden los científicos.
La energía, el Ch’i, forma todo lo que ves, lo que tú y yo somos; y su estado de alerta constituye, a su vez, la base de la conciencia que tenemos acerca de nosotros mismos. Es de lo que estamos hechos.
En retorno, nuestro sentido de ser organiza las unidades de energía y provee de una estructura psicológica para ellas, mediante la cual las unidades se pueden expresar a sí mismas.
El universo está organizado para permitir que unos estados de ser de energía puedan desempeñar una función. Cualquier nombre que usemos hace referencia a la función que desarrolla la energía "individualizada" y sin embargo ninguno de ellos implica que haya identidad alguna dentro del ESPÍRITU, del Ch’i en su totalidad. Cualquier nombre que usemos tiene apenas el único propósito de ser conveniente para la comunicación con tu mente consciente. A pesar de que soy consciente de ser energía pura del ESPÍRITU, no me considero a mí mismo como poseedor de ninguna otra identidad distinta a la función que desempeño: esto es que una vez que el Ch’i se ha “materializado” hacemos referencia a él con el nuevo nombre.
No sólo mi ser o el espacio está compuesto de Ch’i, sino que cualquier cosa que concibo se manifiesta través de la ulterior organización de unidades de Ch’i. Cuando voy a crear algo, desde un átomo hasta una galaxia, primero proyecto un campo receptivo, análogo al espacio, y luego irradio unidades de energía en su interior, organizadas de acuerdo con mi intención o con mis formas de pensamiento.
La única manera de crear algo es organizando este suministro ilimitado de unidades de energía, de acuerdo con la intención. Así pues, el ser que conozco como yo mismo, más todo aquello que creo o destruyo, está compuesto de energía. De nuevo, este Ch’i del que hablo aquí no es ni el calor ni la luz que nosotros conocemos, sino una energía mucho mas sutil, mas parecida a la energía de uno de nuestros pensamientos.
El campo receptivo que se forma es tan real para el Ch’i como las dimensiones de un cuarto lo son para una persona.
Tú puedes haber escuchado que el espacio físico no es más que una forma de pensamiento o la construcción de una idea. El espacio que concebimos es susceptible, o conducente, para la energía, al igual que una carretera es más "conducente" a los vehículos que el terreno subyacente; o que un alambre conduce mejor la electricidad que el aire que nos rodea. El espacio, por lo tanto, es un campo creado para conducir la energía. En los planos más elevados, creamos nuestro propio espacio “mas denso” de Ch’i: el plano físico.
En otros niveles de nuestro propio ser somos capaces de crear el espacio físico en el cual vivimos. Y es a la vez un campo unificador y uno separador: unificador, en el sentido de que permite que lo que irradiemos adentro de él pueda interactuar; y separador, en el sentido de que está organizado para que las radiaciones no se sobrepongan. Imagínense yuxtaponer unos objetos, por ejemplo, dos apoyos para libros, de biblioteca. No se mezclan el uno con el otro debido a que el tipo de energía que proyectamos mantiene sus campos separados.
Hasta ahora hemos revisado la diferencia entre el plano físico y las dimensiones mas elevadas. En realidad, no hay diferencia porque todas las dimensiones están hechas de la misma "cosa": Ch’i
Poseemos otros sentidos, cuya intención es detectar las octavas mas elevadas del universo; pero estos permanecen latentes en la mayor parte de la especie humana, de momento. Estos sentidos están trabajando permanentemente e interactúan con la energía de la frecuencia mas elevada, pero el cerebro filtra y elimina esas señales. Es algo deliberado pues no podríamos mantener enfoque lúcido en el plano físico, si estuviéramos bombardeados con toda la información adicional disponible en un momento dado. Imagínate estar leyendo esto y simultáneamente estar conociendo todos los posibles resultados de leerlo, tanto para ti, como para tus familiares y amigos; y además estar conscientes de los pensamientos y de las emociones de los que te rodean y de cómo ellos resuenan con el resto de sus encarnaciones. Incluso cuando la información no física se entromete en nuestra conciencia y nos vemos forzados a reconocerlo, nos obligamos culturalmente a buscarle una explicación distinta.
Lo que vemos como materia física no es más que simple Ch’i perteneciente a una de las octavas mas bajas, vibrando dentro de un campo especialmente creado para ese propósito.
Lo que hacemos es organizar unidades de energía consciente en patrones específicos, dentro de una banda de frecuencia en particular, dispuesta especialmente para tal propósito. Estos patrones constituyen cada cosa, aparentemente sólida, que conocemos.
Ahora, lleguemos hasta el verdadero milagro del plano físico: la manera en que estas unidades de energía consciente surgen en el plano físico, provenientes del siguiente plano mas elevado que llamamos supercuerdas, conformando las unidades electromagnéticas básicas, que conocemos como partículas sub atómicas, los ladrillos, o bloques básicos de construcción, que los científicos han denominado electrones, protones y neutrones.
Estos bloques de construcción de energía consciente, enseguida colaboran para formar los átomos de un elemento en particular tal como el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno, etc. Un átomo puede aparecer como una construcción muy sencilla --electrones que rotan alrededor de un núcleo central --y en cierto sentido, vaya que lo es. Pero por otro lado, es la cosa más compleja que hay en el plano físico. La geometría y el álgebra involucradas en el diseño de los átomos que conforman el plano físico, mantendría trabajando a la mayoría de los ordenadores más gigantescos, durante siglos. La materia no se dio espontáneamente. Fue planeada cuidadosamente y hubo que saber cómo se comportaría en todas las circunstancias antes de que decidiéramos seguir adelante con su creación.
No pienses, ni por un instante, que el estado de conciencia que se proyecta al electrón es diminuto. El electrón no es una partícula diminuta, sino un "campo de probabilidades", una parte del espacio en el cual existe el estado de conciencia, pero de una manera tan sutil que los científicos no pueden estar seguros y por ello afirman que el electrón "probablemente" existe. Ese estado de conciencia puede colaborar en innumerables campos y en innumerables universos simultáneamente, tal como ya lo predice la Teoría M sobre las Supercuerdas.
Los átomos pueden permanecer libres o encadenarse para conformar moléculas. Las moléculas, a su vez, se unen para constituir aquella forma, determinada conjuntamente, por las unidades de energía en sí mismas y por la entidad organizadora. Nosotros asumimos la responsabilidad de dirigir la energía en forma de átomos o de moléculas, de acuerdo con patrones, por ejemplo, para un cristal, para una piedra, para una célula de la semilla de una planta, o para un árbol o una pared. Los átomos "recuerdan" su nuevo patrón y fielmente lo mantienen, hasta que algo mas suceda, entonces modifican su "realidad" de acuerdo a su memoria de lo que "debe ser".
Con el sólo ánimo de darte una idea de tamaño, el espacio dentro y entre estos átomos es inmenso. Si un átomo fuera del tamaño de un campo de fútbol, el núcleo sería del tamaño de la pelota de fútbol, en la mitad de la cancha. La primera fila de electrones estaría aproximadamente ubicada en donde se encuentra la primera fila de asientos y cada fila de electrones estaría separada por unas cincuenta filas de asientos. El siguiente átomo más cercano estaría como a la distancia de la ciudad vecina. Por lo tanto, cuando hablamos de materia "sólida", dista mucho de ser sólida. Y esos electrones que tu crees que son partículas diminutas, no pesan nada en absoluto. Sencillamente son paquetes de energía zumbando alrededor del núcleo a una velocidad enorme. Es su velocidad la que les da su evidente sustancia, o una etapa pre material, de manera similar a cómo una bala disparada produce mayor impacto que una bala simplemente arrojada.
Ni siquiera el núcleo es sólido. Él también está hecho de partículas más pequeñas (neutrones y protones), los cuales, al examinarlos de cerca, resultan también estar hechos de partículas aún más pequeñas. En este nivel, nos estamos acercando al punto en el cual la energía pura se manifiesta como aquello que los científicos creen que es materia y a los lapsos infinitesimalmente cortos que esto se demora en suceder.
Los físicos han concluido que la única vez que las partículas sub atómicas son verdaderamente partículas es cuando las pueden observar; y que el resto del tiempo, ellas son largas ondas de energía o cuerdas. Entonces, los investigadores nunca pueden conocer la condición de un electrón no observado y no hay, por lo tanto, una manera para determinar la estructura básica del plano físico o para explicar cómo funciona.
A un nivel más profundo, estamos hablando de irrupciones de energía consciente hacia adentro del plano físico y luego volando alrededor a velocidades enormes, dando la apariencia de solidez, de manera similar a como las aspas de un ventilador eléctrico en movimiento aparentan ser un disco sólido. Así pues, ¿es el mundo material apenas una ilusión? Si.
Hay muchos científicos buscando dentro del cerebro las funciones de la mente humana. Es lo mismo que mirar adentro de un aparato de radio en busca de la voz y preguntarse cómo es que los circuitos electrónicos son lo suficientemente inteligentes para conocer cuáles son los precios de la bolsa de valores, en dónde están las congestiones en las autopistas, cuál es el pronóstico del tiempo y las demás cosas que se escuchan en la radio.
Obviamente la radio realmente no sabe todas estas cosas pero lo que sí hace muy bien es detectar un campo electromagnético que se encuentra codificado con esta información ¡La señal de transmisión en la cual se encuentra sintonizado! De una manera similar el cerebro detecta algo de lo que sucede en el campo mental. Está limitado solamente por el hábito de lo que puede sintonizar pero podemos fácilmente ampliarlo un poco. Es como si tuviéramos una "estación favorita" a la cual le dedicamos todo nuestro tiempo de audición, pero con un poco de práctica, podemos movernos fácilmente hacia arriba y hacia abajo del dial. Algunos lo hacemos sin saberlo y quedamos muy confundidos con todas las extrañas emisiones y sonidos de estática que emiten las demás personas. El cerebro, en sí mismo, no sabe nada, por supuesto. Es un milagroso decodificador y traductor y una antena sorprendentemente compleja hacia los campos mental y físico. Procesa señales provenientes de nuestros sentidos externos y las correlaciona para brindarnos un cuadro completo de la realidad física. Cuando los ojos ven un patrón de energía, el cerebro convierte la maraña de señales en imágenes de mesas, sillas, árboles, y así sucesivamente. Pero las funciones de la mente, per se, como por ejemplo, el acto del pensamiento, están ancladas en nuestro campo mental, no en el cerebro.
No vayas a pensar que estoy minimizando al cerebro. En su calidad de componente "biotransductor" es uno de los transmisores y receptores de energía electro-química mas complejos que existen en cualquier plano físico, en cualquier parte. Nosotros, como ESPÍRITU, lo desarrollamos en respuesta a la petición de la especie humana de enfocarse totalmente en el plano físico. Es único en el universo.
Así pues, aquello que nosotros creemos que somos "nosotros" es en realidad un cierto número de campos, cada uno de los cuales es un medio que sostiene una banda de energías sorprendentemente complejas, compuestas de un enorme número de frecuencias interactivas.
Esta combinación de energías, o marca energética, define nuestras personalidades y es única en el universo. Estos patrones indescriptiblemente complejos que constituyen el nosotros que nosotros conocemos, están variando constantemente, de acuerdo con los cambios que a cada momento se sucedan en las intenciones y funciones de nuestros yo-espirituales.
Es urgente que nos volvamos sensibles a nuestras energías y que si nos encontramos ocupados haciendo algo y de repente ya no nos parece divertido, entonces detenernos y hacer algo distinto, o no hacer nada.
El cambio que sentimos era la señal de un giro dimensional más elevado y la energía sencillamente se escapó de lo que fuera que estábamos haciendo. De similar manera es posible que estemos en un lugar y de repente sentimos que debemos salir de allí. Hagámosle honor a ese sentimiento y partamos. No te disculpes, sencillamente di: "Debo irme ahora".
Si de la misma manera a partir de ahora sientes que debes hacer cambios en tu casa, entonces hazlos.
(Preparado por David Flores. Incluye canalizaciones de Kryon por Lee Caroll. Este texto tiene Copyright. Puede ser utilizado siempre que se cite la fuente de origen.)
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