LA FURA DELS BAUS: Boris Godunov

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Poco antes de comenzar, esa vecina de asiento con pantalones de camuflaje y botas militares, no parecía muy normal... Se veía venir que, al cabo de unos minutos de función, iba a sacar un AK-47 del abrigo, iba a lanzar una ráfaga al techo del teatro y nos iba a poner el corazón en un puño. Mi mujer me había reservado esa última sorpresa, una butaca junto a una de las actrices-terroristas que con una disciplina marcial me encañonaría cada vez que osara mirarla. A mitad de función la chica me dejaría en compañía de una bomba con cables y lucecitas mientras ella subía al escenario a filosofar sobre política...

Boris Godunov Fura

La compañía teatral catalana La Fura dels Baus zambulle a sus espectadores en una profunda reflexión sobre el terrorismo. La obra está inspirada en el secuestro del teatro Dubrovka de Moscú (Rúsia) en 2002, cuando un grupo de terroristas chechenos, que exigían la salida de las tropas rusas de su país, retuvieron durante dos días y medio a 900 personas en el teatro.

Uno de los seis directores artísticos de la Fura dels Baus, Àlex Ollé, explicó hoy que en escena se entremezclan las peleas internas de los terroristas y la lucha por el poder con fragmentos de la obra teatral 'Boris Godunov', de Puixkin, que supuestamente se estaba representando en el teatro en el que los terroristas irrumpen.

El director de escena y dramaturgia de 'Boris Godunov', David Plana, explicitó que el objetivo final es "situar al espectador en el centro" de un conflicto terrorista "para que se sienta desprotegido y asustado" como lo está "la sociedad" ante el temor de sufrir un ataque de esas características. "El teatro tiene una función catártica, y uno de los miedos principales actualmente es el terrorismo", agregó Plana.

El texto original del 'Boris Godunov' de Puixkin ha sido "contemporaneizado" y aderezado con "textos de políticos reales" como "Bush, el Che Guevara y Sarkozy", especificó Plana, quien además aseguró que esos fragmentos de la obra de Puixkin estructuran el "discurso ideológico alrededor de los terroristas", una reflexión que "en boca de los terroristas podría quedar pretencioso".

Las escenas de 'Boris Gudonov' se intercalan con otras de un gabinete de crisis y con las intervenciones de una mediadora que trata de conciliar la posición de los terroristas con la del gobierno de un país, por otra parte, "imaginario", ya que los autores han utilizado "un arquetipo del terrorismo para evitar la polémica" con el islam o con ETA.

La lucha de poder interna entre los terroristas es un reflejo de la lucha de poder, la corrupción y el asalto al poder que se trama en el 'Boris Godunov' de Puixkin, y ambos van en paralelo con la realidad, según Ollé. Así, no es casual que La Fura eligiese esta obra de Puixkin.

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En el teatro pudimos abandonar nuestras butacas con total normalidad. No hubo tiros y no explotaron las bombas en un final defraudador para el caos que esperábamos los incondicionales de este grupo. ¡Con la que podían haber armado!.

Boris Godunov

Entrevista a Álex Ollé, director de la obra

Boris Godunov… Una obra de teatro que parte de un secuestro terrorista en un teatro… ¿En qué momento ves que en ese hecho tan dantesco puede haber un espectáculo?

• Es un suceso que me impacta, como cualquier acto terrorista. Pero además con una particularidad: éste fue en un teatro, que es mi espacio de trabajo. Los rehenes fueron el público de una obra macabra, y con el tiempo vi que podíamos hacer algo. Además, yo llevaba tres adaptaciones de clásicos, y me apetecía hacer algo actual, un trabajo más comprometido.

Concebir un proyecto tan delicado, aunque haya sido con el dramaturgo David Plana, ha tenido que ser una aventura difícil.

• Sí, porque queríamos descontextualizar política y geográficamente la obra. La acción terrorista en Rusia es sólo un punto de partida. Los terroristas de la obra no son chechenos, aunque nos hemos basado en la documentación del juicio del Dubrovka.

¿A qué se enfrenta el espectador de Boris Godunov?

• El espectador se enfrenta a sus propios fantasmas, a su memoria. A través de los medios de comunicación uno tiene esa figura del pasamontañas, del terrorista… Nosotros les llevamos a estar en el centro de eso, aunque desde el minuto cero se sepa que es teatro. Por eso tampoco hemos pretendido que fuera realista.

La Fura siempre se ha caracterizado por interactuar en toda la sala, incluido el espacio destinado al público…

• Aquí no hay interactuación con el público, pero sí actores en medio del público. Los espectadores son rehenes, así que los involucramos en la acción. Los actores dinamitan el teatro, lo cablean… Además, el público es consciente de lo que pasa en el exterior. Las pantallas muestran cómo las fuerzas de seguridad van llegando al teatro, o cómo el gobierno se reúne en un gabinete de crisis para resolver el conflicto.

Sin embargo, el espectador empieza viendo, como ocurrió en el teatro Dubrovka, una obra de teatro. Vosotros habéis elegido Boris Godunov.

• Sí, nos iba “al pelo” para usarla de contrapunto al principio por su paralelismo con el tema que tratamos. Boris Godunov es casi terrorismo de estado del siglo pasado, es la ambición por el poder. En esta obra, Boris mata al zar para subir al trono, luego aparece un impostor que se hace pasar por el hijo del zar, y a partir de ahí se genera una lucha por el poder que por supuesto usa la violencia para conseguirlo.

Y mientras el público está atento a esa trama, le rompéis.

• Es una dramaturgia bastante elaborada, porque en realidad el público va a ver dos obras a la vez. Empiezan viendo Boris Godunov y luego entran los terroristas. Pero ambas tramas se van intercalando: la propia Boris Godunov, y la que envuelve a los espectadores con los terroristas.

¿Cómo son esos terroristas?

• Hemos creado unos terroristas arquetipados para que todo el mundo los pueda entender. Un mercenario o una mujer vengativa, que ha perdido a su hijo y a su marido. Una joven actriz idealista que comprueba que sus principios no coinciden con ese terror (había una actriz entre los terroristas de Dubrovka). Y tenemos al líder también, que es alguien que podría derivar el terrorismo hacia la política.

¿Intentáis que el espectador entienda al terrorista?

• [se toma su tiempo] Vamos a ver, no hace falta decir que estamos en contra del terrorismo. Pero para trabajar en esta obra teníamos que saber cómo piensan los terroristas. Por muy terrible que sea un hecho, no hay que huir de reflexionar acerca de él. Queremos reflexionar, no hacer del terrorismo espectáculo.

Pero eso es una contradicción, puesto que estáis haciendo un espectáculo sobre terrorismo.

• [se vuelve a tomar su tiempo] Lo que quiero decir es que no hemos hecho un espectáculo fácil, no queremos buscar la polémica porque eso nos alejaría de nuestro objetivo, que es pensar sobre el terrorismo. Más aún siendo conscientes de que en este país actúa ETA.

Un país donde La Fura dels Baus lleva casi 30 años de vida. ¿En qué momento se encuentra la compañía después de tanto tiempo de recorrido?

• Pues yo creo que estamos en el momento de mayor ebullición. Todos los directores artísticos estamos estrenando espectáculos por todo el mundo, así que de momento no estamos notando la crisis.

Me imagino que ser los autores de aquella aplaudida ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 ha tenido algo que ver…

• Sí, aunque ése fue un trabajo muy diferente, nos dio un reconocimiento internacional y nos abrió nuevas perspectivas. Ahora también hacemos macroespectáculos para todos los públicos, y del lenguaje furero propio del grupo hemos pasado a tocar otros géneros, hemos roto nuestra propia endogamia creativa haciendo una gran labor de investigación y asumiendo riesgos.

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