Entre tú y yo (José Mª Contreras)


ENTREVISTA: Con José Mª Contreras, en torno al libro "Entre tú y yo" -Una relación inteligente-
«Cuando uno se desvive por el otro genera ilusión»El conferenciante José María Contreras, quién se dedica al mundo de la formación de Directivos y colabora en diversos medios de comunicación, nos propone después de su éxito, "Pequeños secretos de la vida en común" (Ed. Planeta+ Testimonio), seguir hablando de modo muy acertado sobre las relaciones de pareja, con una nueva publicación "Entre Tú y Yo. Una relación inteligente" (Ed. LibrosLibres):
  - Es una escuela de educación para los hijos el ver que sus padres se quieren.
  - En la comunicación lo que más influye son los hechos, después los gestos y por último la palabra dicha oportunamente, aunque también los silencios y el dominio de la palabra son vitales.
  - La situación de la Familia en España es claramente mejorable, lo primero que debemos hacer es empezar mejorando la nuestra.
  - No olvidemos que la excelencia en el amor es inabarcable, cuanto más quiere uno, más se ensancha el corazón. Quien más sabe querer es aquel que lucha por querer más.

- José María, la búsqueda de la felicidad es un anhelo de todo hombre. Muchas personas buscan la felicidad en cosas extraordinarias, generalmente materiales. Creo que se ha perdido la capacidad de asombro y disfrute de lo cotidiano ¿Cuáles crees que son los pequeños secretos que hacen la vida más agradable y nos hacen más felices?
- Como has dicho se está buscando la felicidad en el campo del tener, cuanto más tengo más feliz soy, lo cual es falso. Cuanto más se tiene, lo que uno puede tener más es bienestar. Pero esto no tiene nada que ver con la felicidad. El bienestar está en el campo del tener, la felicidad está en el del ser. Son campos distintos que no se tocan entre sí. El tener se puede perseguir como objetivo. La felicidad es la consecuencia de una forma de vivir.
Kierkegaard decía que la felicidad es una puerta que se abre hacia fuera. Cuanto más me doy a los otros y menos me preocupo de mí, más felicidad.

- Los padres andamos preocupados por la educación de nuestros hijos, por su formación, por su futuro. ¿No crees que esto hace que, a veces, la relación del matrimonio pase a un segundo plano? ¿Cómo se puede compatibilizar el papel de padres con el de esposos?
- Si uno no considera, con hechos, que el cónyuge está antes que los hijos está mal educando a éstos. Esto puede parecer fuerte, porque ahora mucha gente piensa lo contrario. Pero las cosas son como son. Educar, en el fondo, es enseñar a querer. Y uno enseña a querer queriendo; a los hijos y al cónyuge. Es una escuela de educación para los hijos el ver que sus padres se quieren. A ningún hijo le molesta que pongamos a su padre o a su madre por encima de ellos. Lo consideran natural. Somos nosotros los que muchas veces no queremos hacerlo.


- Como experto en comunicación que eres ¿Qué papel juegan los gestos, los silencios, etc... en la relación de la pareja? ¿Es posible mejorar la comunicación sin palabras? ¿Hace falta hablar para comunicar?
- En la comunicación hay como tres partes. Una verbal que refleja conocimientos, otra no verbal, a través de los gestos, que lo que reflejan son intenciones. Y por último se encuentra el lenguaje de los hechos, que refleja valores. La transmisión de la cultura generalmente se hace mediante éste último. Uno aprende a vivir porque ve vidas que merecen la pena ser vividas. En la comunicación lo que más influye son los hechos, después los gestos y por último la palabra dicha oportunamente. Dentro de esto último meta usted los silencios, que son vitales. Conozco matrimonios que su único problema a la hora de reconciliarse es: ¡Con lo que nos hemos dicho!. Es imposible olvidar. Luego los silencios y el dominio de la palabra son vitales.

- ¿Cuál crees que es la situación actual del Matrimonio y de la Familia en España?
- Más que grandes consideraciones yo iría por el terreno de la eficacia. La situación de la Familia en España es la situación de la suma de cada una de las familias. Es claramente mejorable y lo mismo que debemos hacer es mejorar la nuestra. No olvidemos que muchas veces decimos que con esta sociedad es imposible educar y cosas por el estilo. Pero el verdadero peligro no está fuera. Está en casa. ¿Yo me comporto realmente como padre, como madre? ¿Aporto a la familia lo mejor de mí mismo? Si esto no se concreta en hechos, será inútil. Si lo hace, la vida familiar mejorará.

- ¿En qué medida crees que influyen los programas de "cotilleo ", los "reality shows", etc. en el comportamiento de las personas? ¿No crees que, sin darse cuenta, se tiende a repetir modos y conductas que se reflejan en esos programas?
- Creo que son los educadores en el amor de nuestra sociedad. Como muchas veces lo que aparece en esos programas son vidas muy vacías, el concepto que aparece del amor es una mezcla de sentimiento y sexo, que no tiene nada que ver con aquél. Pero de esos programas, lo que más me sorprende es que personas con buen criterio, que quieren formar bien a sus hijos y enseñarles a amar, incluso que serían capaces de dar la vida por ellos, no son capaces de dejar de verlos. Sabiendo el enorme daño que produce en la persona en general y en el adolescente en particular.

- Hoy que está tan de moda la "Excelencia" en las Empresas, en las relaciones comerciales ¿no ves necesario que esta "excelencia" entre también en las relaciones familiares?
- No hay cosa más excelente que el amor. Pero para amar hay que luchar, y mucho, con uno mismo. El hombre tiene amores verticales y horizontales. Entre los primeros se encuentra el amor a los hijos y a los padres. Son amores que no cuestan trabajo, que salen solos, sobre todo el amor a los hijos. Entres los horizontales nos encontramos el amor a Dios y a la pareja. Son amores que para mantenerlos hay que lucharlos día a día. Querer a una persona, a un hombre, a una mujer, es luchar día a día por agradarle, por hacerle la vida más llevadera, manifestarle con frecuencia que se le quiere. Querer sus cariños. Eso conlleva esfuerzo. Si eso no se hace, cada vez se quiere menos. Si se hace con constancia, cuando acompaña el sentimiento y cuando se está más árido, eso es tender a la excelencia en el amor. No olvidemos que la excelencia en el amor es inabarcable, cuanto más quiere uno, más se ensancha el corazón. Quien más sabe querer es aquel que lucha por querer más.

- Por último, creo que tu libro destila optimismo y se acoge a la máxima "lo mejor es posible" ¿Cómo invitarías a tantos matrimonios "normales" a ver que se puede mejorar cada día un poco, que en la relación de pareja nunca está todo hecho?
- Parafraseando a Julián Marías, así como el verbo relacionado con el sueño es dormir, y con hambre, comer, el verbo relacionado con generar ilusión es desvivirse. Cuando uno se desvive por el otro genera ilusión. En esa pareja hay ilusión en medio de las dificultades. Y para ello, esforzarse, comprometerse y quemar las naves. No olvidando que el primer síntoma del compromiso es la disponibilidad. Si no se hace así, hay un choque. Yo creo que la consabida incompatibilidad de caracteres, en muchos casos, es incompatibilidad de egoísmos. Si queremos ilusión, que es de lo que adolecen muchos matrimonios, hay que desvivirse, darse al otro sin esperar a que éste empiece primero.

Lidia González - Ed. LibrosLibres

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